Yo confieso...
Sí, lo confieso, soy una loca de los gatos.
Las "locas de los gatos" como siempre han llamado a las mujeres solteras que vivían con gato/s (los hombres solteros con gatos no son locos, curioso) son personas normales, con mascota felina (en pleno siglo XXI hay que seguir aclarándolo).
De pequeña siempre quise ser como una Indiana Jones pero de los bichines. Me gusta todo lo que tenga alas, escamas, queratina... Incluso clorofila. Siempre quise tener mascota, pero mi madre era más fan del orden absoluto que de la fauna.
Ya adulta he bregado con la ansiedad, el estrés, la incertidumbre, etc. así que pensaba que no tenía tiempo para una mascota, hasta que un día Zelda se cruzó, literalmente, en mi camino. Volviendo a mi casa, un nuevo día, sin trabajo, cansada de bregar con las fuerzas malévolas de la facultad, me encontré frente al portal de mi casa un cachorro maullador que comenzó a seguirme. Maullaba tan desesperada y era tan mansa que pensé que se habría perdido. La subí a casa para darle de comer, en cuanto vio el embutido de pavo se tiró en plan kamikaze, tanta hambre tenía la pobre. Pensé que sería un acogida temporal, pero me equivoqué. Mi pareja dice que desde que me vio entrando con Zelda en brazos, supo que teníamos un gato.Tener, tener, más bien cuidar, la palabra "dueño" cuando se trata de animales, no me gusta mucho.
 |
| Zelda |
 |
| Saya |
Si algo me gusta de los animales y en concreto de los gatos es que son eso, animales. Las personas humanas hace tiempo que dejamos de serlo y algunas también han dejado de ser humanas. Un gato no miente, no asesina (mata para comer, es su naturaleza) y no te engaña, por más que algunas personas ignorantes (por que desconocer un tema, es ser ignorante en ese tema) traten de vender el que los gatos son falsos. Los gatos aman la rutina y siempre reaccionan igual ante determinados estímulos. Yo se cuando mis dos gatas están enfadadas, alegres, cuando me van a pegar un mordisco (eso pasa cuando les tocas los bemoles y tientas a la suerte), con amor, claro... Pero las personas, por desgracia, no son como los gatos. Los gatos, incluso los callejeros, son limpios y tranquilos, claro que si vives en la calle (que los humanos ensucian) no puedes lucir tu mejor pelaje y si te persiguen perros y psicóticos anti-gatos, tampoco puedes mostrar tu cara más amable. Los gatos de la calle son duros, desconfiados, por que tienen que serlo, por que el ser humano traiciona y hace daño, por que los humanos los envenenan, los cuelgan, los entierran vivos y los revientan a patadas (como el caso de la gatita Broken).
La próxima vez que oigas, incluso que pienses, que los gatos son falsos, recuerda que son animales, sujetos a instintos y comportamientos programados a lo largo de miles de años, pero que al a vez son capaces de dar amor y alegría, si los dejan.
"Existen dos medios de refugio de las miserias de la vida: la música y los gatos". Albert Schweitzer
Si queréis compartir las imágenes, por favor indicad la fuente de origen. Gracias.
"Existen dos medios de refugio de las miserias de la vida: la música y los gatos". Albert Schweitzer
 |
| Dibujo a tinta, Loreto Gestoso. |
Muy buenas noches.
ResponderEliminarYo confieso, a mi vez, padecer de esa locura.
Los gatos son un dechado de virtudes, refinados, sumamente inteligentes, de una hermosura incomparable, fascinantes, mágicos, nocturnos, ingobernables. Esto último, entre otros motivos, explica la inquina que inspira a sus detractores. No se plegarían a su voluntad, tienen un temperamento libre e independiente que asusta a la mayoría de los humanos.
Su ronroneo, el modo como se frotan contra uno, sus maullidos -a no ser que se encuentren en plena época de celo- son rasgos que embelesan.
Te remito mis saludos. Precioso espacio.
Muchas gracias Excentricidad Ambulante, me alegro de que te guste. Aún tengo un ligero problema de constancia y actualización, como puedes comprobar y por eso he tardado en responderte.
EliminarComo bien dices los gatos son elegantes, mágicos e ingobernables y quizá por eso tantos y tantos artístas han sucumbido a sus encantos.
Un saludo.